El Paráclito está con Nosotros
Una vez, mientras escuchaba una confesión, alguien expresó su desilusión consigo mismo por no haber cumplido con un compromiso. De algún lugar de mi interior surgieron palabras para consolarlo, y las pronuncié, y desde entonces me he maravillado de su sabiduría. Dije: «Más importante que tu fidelidad a Dios es la fidelidad de Dios hacia ti». Creo que esas palabras surgieron de un lugar más allá de mí, de Alguien que habla y vive dentro de mí. En el Evangelio de hoy, Jesús dice: «El que me ama, cumplirá mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él o en ella». Creo que Dios, que hace su morada en mí, pronunció esas palabras.
Es apropiado que en la fiesta de Pentecostés el P. Pepe y yo celebremos con ustedes nuestros 25 años de sacerdocio. Porque lo que el Espíritu que hace su morada en nosotros nos recuerda es esta verdad: lo más importante en cualquier celebración de aniversario no es nuestra fidelidad a Dios, sino la fidelidad de Dios hacia nosotros. Celebramos con ustedes lo bueno que Dios ha sido con nosotros estos últimos 25 años, y de manera especial, lo bueno que es con nosotros ahora, a través de USTEDES. Nos llena de alegría celebrar nuestro aniversario con ustedes, la buena gente de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
También es importante destacar que en estos tiempos difíciles, cuando vivimos con miedo debido a la amenaza de redadas de ICE, como las que hemos escuchado en las noticias aquí en San Diego, el Paráclito, que es el Abogado, está con nosotros. El Espíritu de Dios está con nosotros. Creo firmemente que Dios hace su morada en nosotros, tanto individualmente como como comunidad. Es fundamental que sigamos asistiendo a misa, porque es aquí en misa donde recordamos la verdad de quiénes somos como hijos e hijas de Dios, cada uno de nosotros creado a imagen de Dios. Y esto puede inspirarnos y darnos valor para enfrentar el mundo. Quiero asegurarles que nosotros, los sacerdotes y algunos feligreses comprometidos, estamos vigilando frente a la iglesia durante las misas dominicales, tanto por la mañana como por la tarde, para asegurarnos de que, si algo sucediera, haríamos todo lo posible por protegerlos.
Así que, ¡sigan viniendo! Recuerden que Dios hace su morada en ustedes. Recuerden la fidelidad de Dios hacia ustedes. Es lo más importante que podemos saber.