El grupo de jóvenes adultos de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe ha recorrido un largo camino.
Por Denis Grasska
Natalie Valle, una de las nueve líderes del grupo, recuerda lo que ocurrió el 9 de febrero de 2024, cuando el grupo intentó realizar su evento de lanzamiento. “Teníamos reservado el salón más grande porque pensábamos que se iba a llenar. Planeamos una noche de juegos, con comida y premios, y no llegó nadie”, dijo Valle, de 26 años.
El grupo de cuatro organizadores no se dejó vencer, y hoy está activo y creciendo. Se reúne a las 7 p.m. el primer y tercer viernes de cada mes. Estas reuniones atraen constantemente al menos a 20 personas, y a veces más, con participantes que van desde mediados de los 20 hasta mediados de los 30 años. “Hemos llegado al punto en que hay jóvenes adultos que vienen de otras parroquias”, agregó Valle, quien también es directora de formación en la fe en la parroquia.
La primera de las dos reuniones mensuales del grupo, llamada “Fe y Amigos”, tiene un enfoque más espiritual. La segunda reunión es más social, aunque los líderes aún buscan formar en la fe a los asistentes.
Un joven adulto incluso asumió el liderazgo de un esfuerzo por reclutar voluntarios jóvenes para ayudar a mantener vigilancia los domingos por la mañana, en caso de que ocurra una redada de ICE en la parroquia, algo que esperan nunca suceda. Adicionalmente, el segundo sábado de la mayoría de los meses, la Misa de las 6 p.m. se convierte en una Misa especial para jóvenes y jóvenes adultos. Esta Misa es bilingüe, y los jóvenes adultos sirven como lectores y ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión.
“Estamos tratando de integrar a los jóvenes adultos en la comunidad parroquial, y viceversa”, dijo Valle. “Los jóvenes de hoy buscan comunidad, un lugar donde pertenecer y donde otros jóvenes los acojan”, comentó Maricruz Flores Strauss, directora de la Oficina Diocesana de Pastoral Juvenil y de Jóvenes Adultos. Agregó que Nuestra Señora de Guadalupe es “una de muchas parroquias que han reconstruido su grupo desde cero”. Flores, quien anteriormente dirigió el ministerio juvenil de la parroquia, afirmó que el grupo actual es “el grupo de jóvenes adultos más constante que ha tenido la parroquia en años” y representa “uno de los ministerios de más rápido crecimiento en nuestra diócesis”.
El padre jesuita Scott Santarosa, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, comentó que los jóvenes adultos están asumiendo roles de liderazgo en la parroquia. En esta comunidad, que ha estado en la primera línea de respuesta ante las acciones migratorias federales, los jóvenes adultos han compartido testimonios sobre cómo estas políticas han afectado sus vidas familiares.
El grupo también participó en el torneo diocesano de fútbol para jóvenes adultos, que se celebró el 19 de julio en Mater Dei Catholic High School, donde su equipo ganó el primer lugar. Algunos jugaron y otros los animaron desde la banca.
Valle señaló que los jóvenes adultos están “hambrientos de una relación con Dios”. El año pasado, durante un retiro parroquial sobre la sinodalidad, el padre Santarosa se sorprendió al escuchar que varios jóvenes adultos compartieron que “se sentían invisibles” en la parroquia. “Tuve que admitir que, cuando predico, muchas veces no me dirijo a ese grupo de edad”, dijo. “Por eso sentimos la necesidad de ayudarlos a sentirse vistos, escuchados, y a que sepan lo importantes que son para la parroquia. Debemos comprometernos a invertir en nuestros jóvenes adultos”.